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Venus a lo largo de la Historia del Arte

Introducción

prehistoria
Venus de Willendorf

Una de las diosas más representadas (si no la que más)  en el Arte es la diosa del Amor y la belleza: Afrodita para los griegos, Venus para los romanos.  Su imagen ha servido para representar el ideal de belleza femenino de cada época, y al asociarse con la belleza se ha utilizado su nombre para denominar determinadas obras de arte no europeo o prehistórico, como las Venus del paleolítico o neolítico.

En su origen debió ser una Diosa Madre Mediterránea, relacionada con las diosas  de Mesopotamia y -Anatolia (Inanna -Ishtar -Astarté), de donde pasarían a Chipre y quizá desde esta isla al resto Grecia. Afrodita aparece desde muy temprano relacionada con Chipre, como demuestra el apelativo de Cipria (y su relación con el cobre, -cuprus) y también con la isla de Citera (Afrodita Citerea). –

En cuanto a la etimología, hay distintas teorías, la más aceptada la hace provenir de “nacida de la espuma” (Aphro -espuma, Dité-nacida), que hace referencia a uno de los mitos de su nacimiento.

Igual que pasa con el dios Eros hay dos orígenes para Afrodita. Según unos mitos sería hija de Zeus y de Dione, mientras que otros la hacen provenir del semen del dios del cielo, Urano, que, tras haber sido éste destronado y castrado por su hijo Cronos, habría caído al mar, surgiendo la diosa, ya adulta, de la espuma resultante.

Afrodita aparece entre los dioses olímpicos ya en la Teogonía de Hesíodo. Los poemas homéricos la hicieron corresponsable  de la Guerra de Troya, en el famoso juicio de Paris, al haber este escogido a Afrodita frente a Hera y Atenea como la diosa más bella, ganándose como recompensa a la mujer más hermosa: Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta.

En la Ilíada de Homero aparece varias veces: una de ellas en un bochornoso episodio tras haber caído en la trampa que su esposo, el dios herrero Hefesto, le tendió para sorprenderla junto a su amante, Ares, dios de la Guerra. En otro pasaje la vemos protegiendo a su hijo Eneas, apartándolo de la batalla y curándolo.

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Venus Itálica de Canova

Como diosa del Amor se le atribuyen numerosos amantes y esposos, con quienes tendrá distintos hijos: su esposo “oficial”, como ya dijimos, era Hefesto , dios de la herrería, contrahecho y cojo; también se emparejará con Ares con quien, según algunas tradiciones, engendrará a Eros el Joven, a Harmonía, y también a Phobos y Deimos (Miedo y Odio); con el dios Hermes tendrá a Hermafrodito, dios andrógino con características sexuales de hombre y mujer. Tambien se relaciona con mortales, como  Anquises, con quien tendrá a Eneas. Otra de sus más famosas parejas será el bello Adonis; este,  tras su muerte a causa de un jabalí, compartirá la mitad del año con Afrodita, mientras que la otra mitad la pasará en el Hades con la diosa Perséfone. Adonis se relaciona, por tanto, con los ciclos de primavera e invierno, de muerte y resurrección de la vida tras el parón invernal.

Platón, en el Banquete, distinguirá dos tipos de Afroditas: Afrodita Urania, o celeste, que se relacionará con el amor espiritual; y Afrodita Pandemos, el amor pasional-sexual, el amor del vulgo. Esta distinción pasará a los filósofos del renacimiento.

Tras la conquista de Grecia por Roma, esta tomará la iconografía griega para sus propios dioses. Así se asociará Afrodita a la Venus romana. Posteriormente, la dinastía  Julio-Claudia, a partir de Julio César, tomará a Venus Genitrix como patrona del imperio, pues sus integrantes se decían descendientes de Venus a través de Eneas y del hijo de éste, Ascanio o Iulo, como se reflejará en el poema épico compuesto por el poeta Virgilio, la Eneida.

Con el Cristianismo se erradicará todo el saber “pagano”, y se contrapondrá la figura de Venus, vinculada al pecado de la lujuria frente a la Virgen María, símbolo de la pureza.

El Renacimiento recuperará el arte clásico, rescatando las antiguas esculturas  grecorromanas, y se utilizará la figura de Venus para ensalzar la belleza femenina.

Venus en el Arte

Afrodita en el Arte arcaico y clásico grecorromanos

Las representaciones   más antiguas de Afrodita que se conservan datan del: siglo  VII a.C.. vestida, como protectora del matrimonio . Fidias la hace aparecer en el frontón del Partenón, probablemente sea la diosa recostada ocupando uno de los ángulos del tímpano Este.

Praxíteles es el primero en esculpirla desnuda (Afrodita de Cnido); esta representación se popularizará a partir del s V , sobre  todo en escultura , conocidas en nuestros días a través de las copias romanas.

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Venus de Milo

De estas esculturas destaca la famosísima Venus de Milo, a la que le faltan los dos brazos, y que podemos admirar en el museo del Louvre , convertida en un icono universal y considerada como el canon de belleza femenino.

De las distintas iconografías de Venus sobresalen la Venus salida del baño, sobre todo en escultura, la Venus Anadiomena (salida del mar) y la Venus recostada, que será la más utilizada en la pintura renacentista y barroca.

Roma, como hemos visto, la adoptará  como diosa patrona de los emperadores Julio-Claudios. Se la representará no sólo en escultura, sino también en mosaicos (siendo un tema recurrente) y en pintura, como podemos ver en los frescos de Pompeya y Herculano. De  éstos destacan la Venus Anadiomena, recostada sobre una venera, posible copia de una famosa pintura (ya perdida, como todas las pinturas griegas) del pintor griego más famoso, Apeles.

También la que da nombre a la Casa de Venus y Marte, en la que aparecen los dioses del Amor y la Guerra junto con amorcillos o cupidos jugando con las armas de Marte.

En mosaicos podemos encontrar numerosas muestras en todos los territorios del imperio romano.

Venus en el Renacimiento

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Nacimiento de Venus de Botticelli

Tras el paréntesis de la Edad Media, en el Renacimiento, impulsado por corrientes filosóficas como el neoplatonismo,

se produce ele rescate del arte clásico y de la representación del desnudo, volviendo a la iconografía grecorromana de  dioses y héroes “paganos”.

Los temas mitológicos serán a veces una excusa para representar el ideal de belleza de la época, sirviendo  a su vez como soporte de determinadas ideas y símbolos.

De las obras y artistas del renacimiento destaca  Botticelli, autor de uno de los cuadros más famosos sobre esta diosa: el Nacimiento de Venus. En este, toma a su musa -Simoneta Vespucci- como encarnación de la Diosa que surge del mar sobre una concha de peregrino o vieira -venera-, cubierta solo por su pelo, empujada por los vientos y acogida por Flora quien cubrirá su desnudez con un manto florido.

En su obra Consagración de la Primavera, Botticelli pinta a Venus vestida, presidiendo toda la obra desde el centro del cuadro. Finalmente, destacamos el cuadro Venus y Marte, donde aparece junto a un Marte dormido y a pequeños sátiros que juegan con las armas del dios.

Otro artista que podemos destacar, ya del s.XVI, es Tiziano, autor de la célebre Venus de Urbino, fuente de inspiración para otras obras posteriores, desde la Venus del espejo de Velázquez , las majas de Goya o la Olympia de Manet, pasando por la Paulina Borghese de Cánova.

Venus, diosa del Amor y de la Belleza, tanto de la pasión desgarradora como de la Belleza y Armonía celestial, fuente de inspiración para artistas de todas las épocas.

Aquí encontrarás algunas de nuestras reproducciones de estatuas de Venus en nuestro catálogo: