La denominación de jardín ingles, tambien es llamado romantico, nace en Inglaterra sobre el s.XVII, diferenciandose de los estilos formales y geométricos del Renacimiento y el Barroco. En él tienen un protagonismo especial las rocas y el terreno irregular, el agua y las estatuas, junto con pequeños elementos arquitectonicos como arcadas, columnas etc.
La mano humana interviene en las formas naturales respetando su aparente expontaneidad e introduciendo estatuas y esculturas que recrean rincones de inspiración clásica. Lo humano y lo agreste se funden armonicamente.
Fuentes, pequeños estanques, bancos y arcos, columnas y esculturas se adaptan a cuestas, rocadales, arbustos y rincones. Los posibles caminos o itinerarios no son rectilineos sino que de forma sinuosa nos llevan al descubrimiento de espacios que guardan sorpresas.
El jardín sugiere la intimidad, la contemplación de la belleza y la charla sosegada.
Esta misma filosofía decorativa es adaptable a pequeños espacios y terrazas. Con elementos móviles, macetones, columnas, enredaderas y pequeñas esculturas se pueden crear rincones de gran belleza.