La atracción hacia el arte por parte de Klimt le fue dada desde muy pequeño en su familia, su padre era grabador de oro, su madre tuvo toda su vida la frustración de no poder dedicarse profesionalmente al canto y dos de sus seis hermanos también fueron artistas. La familia vivió en una relativa pobreza la mayor parte de su infancia, el trabajo escaseaba así como las oportunidades de promoción; fue sólo gracias a su talento que en 1876, con catorce años, recibió una beca para estudiar en la Kunstgewerbeschule, la Escuela de Artes y Oficios de Viena, donde se formaría hasta 1883 como pintor y decorador de interiores. Klimt admiraba y reverenciaba al entonces pintor de moda, Hans Makart, y se sometió gustoso a los dictados de una educación artística clasicista. Es por ello que su obra temprana puede considerarse académica.
Al finalizar sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Viena, Gustav Klimt recibiría encargos de murales en la ciudad por parte del imperio, los cuales significaron un antes y un después en su carrera, pues, en 1888, recibió la Orden de Oro al Mérito de manos del Emperador Francisco José I de Austria por su trabajo en los murales del Burgtheater de Viena; sería a partir de este momento donde su éxito se fraguaría en los círculos más importantes de artistas de la época, convirtiéndose en un personaje notable en la alta sociedad vienesa.
En 1892, su padre y su hermano Ernst murieron, Klimt estaba en condiciones de soportar la carga económica de sus parientes, pero la tragedia familiar pesó también en su expresión artística y marcó el inicio de la definición de su estilo personal. Durante estos mismos años, conocería a Emilie Flöge, quien aparentemente soportó las constantes aventuras amorosas del artista y se convertiría en su compañera hasta el final de su vida.
Klimt se convirtió en uno de los miembros fundadores (y presidente durante ciertos años) de la Wiener Sezession, un grupo de artistas fundado en 1897 que surgieron como una alternativa independiente a la promoción de la Academia vienesa, de la que el mismo Klimt había formado parte en su juventud. Promocionaban artistas jóvenes, la exhibición de obras producidas en el extranjero y la publicación de una revista sobre las principales obras realizadas por los miembros. A diferencia de la mayoría de los grupos de vanguardia, el grupo nunca se definió por una determinada estética y, aunque sus obras eran generalmente detestadas, pudo construir una sala de exposiciones permanente sobre un solar cedido por las autoridades.
En 1894, recibió el encargo de crear tres pinturas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena. Inacabadas hasta el fin de siglo, estas tres obras (Filosofía, Medicina y Jurisprudencia) fueron muy criticadas por lo radical de su enfoque y su propia representación, que algunos consideraron “pornográfica”. El clamor fue general: protestaron políticos, pero también personalidades relacionadas con el mundo del arte y la moral pública. La universidad decidió finalmente no colocar las obras de Klimt, y éste no volvería a admitir encargos a partir de entonces.
“Cada noche venía a casa, tomaba la cena en silencio y se iba a la cama… Cuando había descansado, retomaba con tal ímpetu el trabajo que a menudo pensábamos que las llamas de su genialidad lo consumirían vivo”. Ernst Klimt (hermano)
La “etapa dorada” de Klimt vino determinada por un progresivo acercamiento de la crítica y un gran éxito comercial. Tras participar en la decoración del suntuoso palacio Stoclet, hogar de un opulento magnate belga, Klimt se convertiría en el icono del art nouveau centroeuropeo. Este es el momento de clímax de su energía creativa, y tal como él mismo afirmó, “posiblemente el último paso de mi desarrollo de la ornamentación”.
Klimt ha demostrado que el cuerpo, la naturaleza y el símbolo pueden unirse pictóricamente para dar paso a obras de arte que se se quedarán contigo toda la vida. El pintor demostró que el arte puede ser hermoso y al mismo tiempo inquietante. Retomando importantes mitos y haciendo uso del erotismo y la sutileza, el artista logró entregarnos algunas de las piezas más importantes que el arte pudo tener, además de ser parte de las vanguardias que cambiaron el mundo y por eso siempre será recordado.