Se puede llegar a la consagración dentro de una institución académica de diversas formas, lo que realmente importa es qué hacer una vez has ocupado este puesto, elogiar las técnicas que promueve dicha institución o, por el contrario, intentar innovar y mostrar al resto un punto de vista diferente dentro del arte.
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¿Puede ser nuestra innovación el motor suficiente para impulsarnos a defenderla y promulgarla, corriendo aún así un riesgo por ello?
“Los tuertos le hicieron a él mismo callar y le aprisionaron en una cueva ‘que los laureles oscurecían’ (de donde no extrajo ningún bien, salvo perjuicio, de toda la fama de los grandes de antaño), vio cómo los tuertos se comieron a sus compañeros en la cueva (muchos pintores de buena fe se pusieron de parte de Turner cuando comenzó a utilizar estas herramientas); finalmente, cuando su momento probablemente había llegado, arrojó el robusto tronco de pino completamente en llamas (la luz de la naturaleza en bruto), a los rostros de los tuertos y les dejó rasgándose las vestiduras en bancos de nubes (…) para marcharse a surcar el mar conforme el amanecer rompía sobre las islas encantadas”.
Pintores Modernos; Jonh Ruskin. Las interpretaciones alegóricas de Ruskin sobre Turner
Tenemos en nuestra mente numerosos nombres de personalidades que, dentro de todas las ramas del arte, alcanzaron el éxito póstumo, generalmente estos nombres coinciden con genios que no se posicionaban dentro de las vertientes vigentes del momento y que, tras su muerte, sus obras resultaron verdaderas inspiraciones para los artistas futuros a su época.
William Turner ingresó en la Royal Academy de Londres a la corta edad de 15 años, consagrado desde su juventud, comenzó su carrera entre los grandes de la época. Fue un pintor académico en sus principios, pero lenta e imparablemente fue evolucionando hacia un estilo libre, atmosférico, en ocasiones esbozando incluso la abstracción, siendo incomprendido y rechazado por los que llevaban décadas admirándolo.
Así es como Turner es considerado por muchos uno de los precursores del impresionismo en Inglaterra. Otros, sin embargo, afirman que pudo haber sido el gran precursor del movimiento, pero que tomó un camino equivocado, lo que llevó a que su descubrimiento fuese demasiado tardío.
“Cierto, hay una luz solar cuyo resplandor es dorado, y gris su sombra; pero hay otra luz solar, la más pura, cuyo resplandor es blanco y escarlata su sombra”
Algunos estudiosos afirman que Turner quería plasmar en sus pinturas la situación moral decadente de la Inglaterra de su tiempo, en la que la sociedad se había rendido en el culto a Mammón (personificación metafórica del materialismo inglés del siglo XIX), por lo que añadió a su paleta de color una tonalidad ardiente, relacionada con un oasis en decadencia abrasado por las llamas.
De una forma u otra, sus innovaciones en el uso de colores que ningún otro hombre había empleado anteriormente, como el púrpura o el escarlata en el color de sus nubes, nos dejan un legado de obras que deleitan nuestra vista y nuestro sentido de percepción del paisaje.
De esta manera vemos que Turner sí que eligió el camino del riesgo, el de buscar dentro de sí mismo lo que quería emprender, aunque se tratara de una innovación que lo separara de sus contemporáneos. Tomó este camino plasmando en sus obras las luces y sombras que sus ojos percibían y, siendo esta senda correcta o no, consigue llegar a nuestros días y ser reconocido por muchos en el mundo del arte.