Ya sea por su inspiración de calma, como evocador de largos viajes y sueños de aventura, por su profundidad que invita a la reflexión serena, por su bravura e indómita fuerza que nos afrenta y reclama firmeza, el Mar constituye uno de los temas pictóricos que más ha abundado desde los últimos siglos. Sin embargo ha supuesto también un reto de luces y matices difíciles de dominar.