Cuando nos atrae un objeto, una pieza musical, un poema, y despierta en nosotros una verdadera admiración, se produce, no solo un reconocimiento de su belleza formal sino especialmente, de esa esencia invisible cuya singularidad está en consonancia con nosotros, con nuestra necesidad interior, con nuestra característica personal.
Hay muchos objetos y obras que no incorporaríamos a nuestra vida a pesar de su belleza. Su estilo no entra en consonancia con nuestro momento personal o con la característica de nuestro Ser. No refleja un modo de interpretar la vida en consonancia con la nuestra.
El Estilo se revela entonces como el modo de ser del arte en el tiempo., Nace del eco de ese tiempo histórico resonando en la personalidad de sus artistas, instrumentos que dan el “color” y el “timbre” a la inspiración.
De algún modo, el artista ha de saber conectar con las necesidades interiores de su pueblo.
El arte es una creación por y para el hombre, y por lo tanto tienen que tener siempre presente el concierto interior de este, su estructura, sus patrones, su realidad psicológica, su lenguaje e imaginario mental y su cultura. De lo contrario, como elemento de transmisión no es útil pues no sintoniza en ningún aspecto con el polo receptivo al que va destinado. Surge así un contacto propicio con el alma humana, con el alma de su tiempo.
El absurdo, como lenguaje de ruidos, difícilmente despertará nobles ni elevadas emociones internas.
Sin embargo, ni el artista ni el arte pueden ser esclavos de su realidad histórica, ha de tener un cierto componente de rebeldía, pues su aspiración no es acomodar al hombre sino transformarlo permitiéndole ascender a tal vez lo inaccesible. Aunque se apoye en un tiempo y en una cultura, es un catalizador que se adelanta y dibuja realidades futuras, ya que como puente, su otra orilla aspira a la idealización. Une tiempo viejo y tiempo nuevo, realidad histórica e Ideal soñado, para que por él puedan transitar las esperanzas de los hombres hacía una orilla y los mensajes de las Musas hacia la otra.
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Extraido del libro “El arte y la Belleza“: