El estilo clásico como concepto de decoración abarca la posibilidad de encontrar patrones e inspiraciones para los proyecto de interiorismo, tanto en las culturas que han marcado nuestro origen occidental, Grecia y Roma , como en aquellas culturas orientales tales como China o Japón.
Más allá de los grandes edificios y los espacios públicos o palacios que nos maravillan, su esencia impregna también lo privado, intimo y domestico.
Su fuerza y capacidad de crear atmósferas habitables, serenas e inspiradoras radica en la recreación del equilibrio y la moderación, con la presencia constante de formas bellas en las estancias y el conjunto.
La incorporación de esculturas, frescos en las paredes, así como bajorrelieves etc, graciosamente combinados con las necesidades de la vida moderna; los juegos de luz, los rincones entrañables, que respiran emociones, ideas y recuerdos, todo ello es parte de ese equilibrio clásico, que crea armonía entre pensamiento, sentimiento y forma.
Si de alguna manera podemos definir ese equilibro y proporción clásica en la decoración, es como el de una sinfonía de elementos agradables al oído y al alma y que nos permite relajarnos y soñar.
Miguel Angel Padilla