El arte es mucho más que un complemento decorativo en nuestras
vidas. Nosotros creamos nuestro entorno y a la vez éste nos moldea a nosotros mismos.
Si, como decían los clásicos, hay un estrecho vínculo entre lo bello, lo justo y lo verdadero, rodearse de armonía y belleza no hace sino desarrollar nuestro carácter hacia la convivencia, la riqueza de pensamiento, la serenidad y el bien.