Escultura del Dios Mercurio. 191 cm.

Descripción

Reproducción de escultura del Dios Mercurio de estilo neoclásico realizada en mármol moldeado (polvo de mármol + resina). Pátina de envejecimiento que le da la apariencia y textura del mármol antiguo.

La escultura se fabrica hueca para facilitar su manejo. Ideal tanto para la decoración de interior como de exteriores,  jardines y terrazas, resistente a la intemperie.

Medidas: Alto: 191 cm.  Ancho: 54 cm. Fondo: 48 cm.

Medidas base integrada: 57 x 40 x 15 cm.

Peso aproximado: 80 kg.

Reproducción de una estatua de Mercurio – Hermes en estilo neoclásico procedente de colección particular.  

El dios romano Mercurio, Hermes en la mitología griega, es el dios mensajero entre los dioses del Olimpo y los mortales. Hijo de Júpiter y Maya, Mercurio personifica la elocuencia y la astucia, protector de los viajeros y patrón de los comerciantes. Dios psicopompo, conducía las almas de los difuntos en su viaje hacia el Más Allá.

Mercurio aparece representado como un joven con alas en los talones o sandalias, portando un sombrero de ala ancha y en la mano el caduceo, vara con dos serpientes entrelazadas que simboliza la armonía de los opuestos y la dualidad, como aquel que transita entre dos mundos, el divino y el terrenal.

Este dios multifacético era invocado por aquellos que buscaban protección en sus desplazamientos y negocios. Su energía ágil y versátil se refleja en las alas de sus pies o botas que representan la rapidez del viento, que transmite los mensajes de los dioses velozmente por todo el cosmos. Mercurio se erige como el dios intermediario entre los dos mundos, y que establece un puente entre los dioses y los mortales.

Las reproducciones de estatuas de personajes de la mitología grecorromana, como esta escultura del Dios Mercurio,  aportan elegancia y majestuosidad a la decoración de nuestros rincones preferidos, destacando especialmente en los espacios al aire libre, terrazas y jardines.

La decoración con grandes esculturas clásicas de dioses y héroes trasciende lo meramente ornamental, transformando el entorno en un espacio que rinde homenaje a la belleza atemporal y la espiritualidad de la Antigüedad clásica.